domingo, 1 de noviembre de 2015

Ni uno solo de vosotros

Todos vuestros nombres son como pequeños puñales clavados en el alma. Sois esos horribles seres que no deberían existir.

Os aprovechasteis de su debilidad hasta que se consumió. E incluso tras ese incidente, sacastéis otra faceta vuestra, llorando la pena que no teníais y que no os correspondía sentir. Jamás entenderé cómo puede vivir la gente como vosotros. Malditos seáis todos.

Sois escoria cubiera de mierda. Vivís alimentando vuestras almas con malas artes, llenando vuestros días de malas energías y rodeados de malas personas. Porque ninguno de vosotros merece tener ni una pizca de felicidad en vuestras vidas. Ni uno solo de vosotros.

Me da asco imaginar que algo de vuestra genética pueda estar dentro de mi cuerpo. Me arrancaría la piel a trozos si con ello eliminara cualquier minúscula e insignificante marca de alguno de vosotros. Me arrancaría las entrañas si una sola gota de mi sangre fuera igual que la vuestra.

Os pisaría uno a uno la cabeza con una suela llena de clavos ardiendo, lentamente y disfrutando de vuestro sufrimiento. Porque os lo merecéis. Pequeños sacos de mierda que no sirven para nada. Ojalá la vida os devuelva todas y cada una de las cosas horribles que vivís haciendo. Muchos de vosotros ya pagaron, algunos incluso con la muerte. El precio a pagar por vuestros pecados no debería ser menos.